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lunes, 18 de abril de 2011

Revelan lazos entre la red Al-Qaeda y la Triple Frontera


 NUEVA YORK.– Como parte de una investigación que por primera vez podría demostrar vínculos financieros entre la zona de la Triple Frontera y las organizaciones terroristas, la fiscalía del Distrito de Manhattan ordenó esta semana el cierre de una cuenta bancaria en Nueva York que habría servido de puente para lavar dinero procedente de Uruguay y enviarlo a grupos como Al-Qaeda, Hamas y Hezbollah.
En los últimos dos años, unos 3000 millones de dólares provenientes de negocios ilícitos en la frontera compartida entre la Argentina, Brasil y Paraguay habrían sido transferidos a una cuenta del Bank of America en Nueva York, a través de giros que involucraban a la empresa financiera Cambio Gales/Lespan, con sede en Montevideo, señalaron a LA NACION fuentes judiciales que pidieron no ser identificadas porque las investigaciones todavía están en curso.
A su vez, desde la entidad neoyorquina los fondos sospechados habrían sido enviados a cuentas en Riad, en Arabia Saudita; Beirut, en el Líbano, y Ramallah, en los territorios autónomos palestinos. “No puedo ir a arrestar a Osama ben Laden [el líder de Al-Qaeda], pero puedo intentar cortarle el suministro de fondos”, dijo el fiscal de Manhattan, Robert Morgenthau, al diario The New York Post, el primer medio que reveló la orden de clausura.
Aunque Morgenthau se negó a identificar a las firmas financieras involucradas, se supo que en estos momentos está en conversaciones con el Bank of America, el segundo entre los bancos más grandes de Estados Unidos, para que colabore en la investigación, que ya lleva tres años. El banco no está acusado de complicidad con los presuntos terroristas que blanqueaban el dinero, pero enfrenta cuantiosas multas por fallas administrativas. Voceros del Bank of America se negaron a comentar el asunto.
En tanto, uno de los voceros de la fiscalía, Edison Alban, destacó a LA NACION que “todavía no se presentaron cargos contra nadie. El caso todavía está en investigación”.
Tampoco quiso confirmar si el 1º de marzo último hubo una reunión en Nueva York entre Morgenthau y el director de Cambio Gales/Lespan, Gualdemar Alvarez, como indicaron otras fuentes allegadas a los tribunales del Bajo Manhattan.
Las investigaciones de Morgenthau, de 84 años, sobre los lazos financieros entre la Triple Frontera y grupos terroristas islámicos comenzaron luego de que, en 2004, descubrió que una firma financiera de Nueva York, Beacon Hill Services Corp., había transferido fondos sospechosos procedentes del Cono Sur de América latina a cuentas en el Chase Manhattan Bank y otras instituciones.
La semana pasada, el ex asistente de Morgenthau para crímenes financieros John Moscow declaró ante el Comité de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes sobre el tema y subrayó que cientos de miles de entidades financieras sospechosas alrededor del mundo “están aceptando depósitos de gente que nunca han visto y de compañías ficticias que no tienen más bienes que una cuenta bancaria”, y que de esta manera introducen dinero al sistema financiero internacional. “La mayor parte de estos depósitos son en dólares y la mayoría pasa por Manhattan”, afirmó Moscow.
No es la primera vez que Estados Unidos centra su atención en la Triple Frontera, zona que desde hace tiempo es considerada un foco de actividades ilegales –redes de prostitución, narcotráfico, contrabando, secuestros extorsivos– de todo tipo de criminales. Si bien hasta ahora no hay evidencias concretas de células terroristas operativas en el área, se sospecha que sirve de centro de financiamiento y reclutamiento para grupos que van desde las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) hasta la red internacional Al-Qaeda, dirigida por el millonario saudita Ben Laden.
En julio de 2004, el Departamento del Tesoro estadounidense identificó allí a Assad Ahmad Barakat, miembro del partido libanés Hezbollah, como uno de los “financistas terroristas clave en América del Sur”, que desviaba fondos al Líbano y a Irán.
Y gracias a trabajos de inteligencia conjuntos entre el FBI y el gobierno de Paraguay se logró capturar en noviembre de ese año al narcotraficante brasileño Carlos Iván Méndes Mezquita, socio comercial de las FARC.
En tanto, fue por la Triple Frontera que el año pasado ingresaron en la Argentina miembros del movimiento fundamentalista musulmán Jamaat Al-Tabligh, vinculado con Al-Qaeda y que supuestamente sólo llegaron a promover su fe. Asimismo, por esta siempre polémica zona limítrofe entró en el país el joven libanés Ibrahim Hussein Berro, que el 18 de julio de 1994 se inmoló al estrellar una camioneta cargada de explosivos contra la AMIA.
Por Alberto Armendáriz 

Es hora qye comiencen a investigar, lo que aqui denunciamos.

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